“Fe y Alegría empieza donde termina el asfalto, donde se acaba el cemento, donde no llega el agua potable, donde la ciudad cambia de nombre. Es decir, donde están los auténticos olvidados de su propia sociedad” P José María Vélaz[1]. Bajo este lema nace la Escuela Fe y Alegría Santo Domingo Savio, mediante resolución 032 del 04 de febrero de 1.972, gracias a la gestión del padre Ivan Moreno y la madre Aurora de la Fuente. En 1986 adquiere el nombre de Concentración Educativa, hoy Institución Educativa.
El barrio Santo Domingo Savio es un asentamiento urbano joven, nacido en el año de 1964 cuando Domitila Moreno y su esposo José Vicente subieron hasta esta loma de la Comuna Uno, en el nororiente de la ciudad para construir ellos mismos una incipiente casa entre potreros y pastizales. Luego, otros campesinos, que emigraron a Medellín, comenzaron a levantar sus ranchos. Venían de Caicedo, Liborina, Dabeiba, Ebéjico, Urabá y otros municipios antioqueños.
Un día trágico en la historia de este poblado fue el 29 de septiembre de 1974, año en el que un alud de tierra se precipitó sobre las casas y acabó con la vida de cien vecinos. Los sobrevivientes, que ya habían levantado en condiciones difíciles sus viviendas años atrás, debieron casi construirlo todo por segunda vez.
Santo Domingo es el sector más grande de la Comuna 1 y luce como un pueblo típico antioqueño, lo que no sucede con otros barrios jóvenes.
Tal vez lo único que recuerda que se está dentro de Medellín es que desde este gigantesco balcón a siete kilómetros del centro, la ciudad se divisa extendida a sus pies. La construcción del Sistema Metrocable y su posterior ampliación, en el año 2010 hasta el parque ARVÌ, produjo en el barrio procesos de transformación en los ámbitos económico, cultural, político y social, entre los que sobresalen la construcción de la Biblioteca España. Con la llegada de éste, en forma paralela se inicia un proceso de reconciliación e intervención en los conflictos con todos los grupos armados, que inicialmente dio muy buenos resultados.
La constante en la comunidad son los desplazamientos como consecuencia de las problemáticas y lógicas que se viven al interior del barrio, en donde los grupos al margen de la ley imponen las normas de convivencia, pasando a un segundo plano las autoridades legalmente constituidas.
La institución al igual que todas las escuelas en los sectores populares repite un mismo patrón de comportamiento: un grupo de vecinos se apropia de un terreno baldío y decide allí fundar un barrio, y siempre reserva un lote para la escuela de sus hijos e hijas; a veces, ellos mismos inician la construcción, pero pronto se dan cuenta de que es una tarea ardua y de larga duración, entonces acuden a instancias privadas o públicas para que les suministren recursos e institucionalidad a su sueño de tener cerca del hogar una casa del saber para las generaciones futuras.”[2].
La escuela tuvo como primera directora a Fabiola González, hasta el año 1973, cuando llegaron las hermanas de la comunidad Marianista, procedentes de España: las religiosas Carmen Atucha, Aracelly Chavarri y Marìa Dolores Barbero Puente, esta última asume la dirección hasta el año 1.992, año en el que se realiza la primera promoción de bachilleres. Durante su administración se construye la parte física que existe actualmente, la cual se realizó a través de convites comunitarios, rifas, donaciones extranjeras y la campaña del Corazoncito de Fe y Alegría.
En el año 2001, se realiza la última adecuación física por parte de la comunidad, consistente en el revoque y pintura de todos los salones, con dineros obtenidos de una “rifa machete”.
En el año 2013 la institución cuenta con 1530 estudiantes distribuidos en los niveles de: transición, básica primaria, básica secundaria y media técnica, ubicada en la comuna 1, de la zona Nororiental, barrio santo Domingo Savio Nº 2: la sede 1, (primaria) en la carrera 29 Nº 110 A-83; la sede 2, (bachillerato) en la carrera 30 No 110b -24.
Actualmente la planta física de la sede 1 y los talleres son de Fe y Alegría, cedidas en comodato desde el año 2004 a la Secretaría de Educación del municipio de Medellín, situación que ha generado descuido en su mantenimiento, porque el municipio no asume las responsabilidades estipuladas en el contrato de comodato.
Existe una problemática que ha perdurado por varios años, ocasionada por la inestabilidad de la planta docente, debido a que los educadores de la lista de elegibles no escogen las plazas vacantes existentes en la institución y pasan meses sin nombrar los respectivos reemplazos por parte de Secretaría de Educación.
La mayoría de los estudiantes son de estrato 1 y 2 procedentes de familias desplazadas por la violencia, dedicadas al trabajo informal: vendedores ambulantes, empleadas domésticas, confecciones, construcción, pequeñas microempresas, vigilancia y oficios varios.
Las familias de la comunidad educativa son en alto porcentaje disfuncionales, predominando la mujer cabeza de hogar y el ausentismo del padre biológico, que es remplazado por la figura del padrastro.
Muchos de los estudiantes permanecen solos debido a que sus padres deben emplear la mayor parte del día buscando el sustento para suplir en algo los gastos familiares; esto influye en el desarrollo social, afectivo, emocional y académico. Es rescatable que a pesar de tantos problemas sociales y económicos, la mayoría trata de superarse en el campo educativo, con la expectativa de encontrar una forma de vida más digna y humana.
La institución Educativa Fe y Alegría Santo Domingo tiene como una de sus fortalezas la media técnica en ebanistería, marroquinería y electricidad. También es reconocida como líder en procesos de convivencia, proyecto con el que obtuvo los siguientes premios: en el año 2012, la elección del parlamentario juvenil de MERCOSUR, único parlamentario que ha tenido la ciudad de Medellín; el premio Santillana, ocupando el primer puesto a nivel nacional y recibiendo una premiación de SETENTA MILLONES DE PESOS ($70.000.000) en libros; premio como experiencia significativa en los Premios a la Calidad de la Educación de la ciudad de Medellín; premio Medalla Cívica Maestro Fernando González para el estudiante coordinador del Centro de Mediación de conflictos.
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